Alojamiento en gestación y el bienestar animal

E. Olvera., M. Campos., E. Castañon

Departamento Técnico de GRUPO NUTEC®

Introducción

Actualmente se da más importancia al alojamiento grupal de hembras y son varias las razones; la primera es que se consideran las normativas hacia el bienestar animal, la segunda es porque se han demostrado beneficios importantes a partir de poder manejar sistemas de alimentación que se adaptan muy bien y que además de ser prácticos, permiten llegar a tener una alimentación de precisión, maximizando por consecuencia la cantidad de hembras en estado corporal óptimo, lo que permite lograr un excelente desempeño reproductivo y partos.

Es importante romper con algunos paradigmas y buscar además la practicidad en el manejo de las hembras de alto potencial genético, las cuales sin problema alguno nos permitirán conseguir una alta eficiencia en las operaciones. El objetivo de este escrito es revisar aspectos básicos en el alojamiento durante la gestación y su relación con el bienestar animal.

Bienestar animal

Hughes definió en 1976 el bienestar animal como un estado de salud física y mental completo en el que el animal se encuentra en armonía con su ambiente, actualmente también se define como «el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere” (OMSA, 2011). Se han definido cinco libertades del bienestar animal reconocidas mundialmente desde 1965 en Reino Unido, pero hasta 1993 se establecieron estándares mínimos de bienestar animal en unidades de producción (Muñoz, 2014).

Con base en el bienestar animal y las cinco libertades es importante conocer la situación actual de las unidades de producción, para esto tenemos que responder de manera objetiva los siguientes cuestionamientos:

  1. ¿Tienen acceso al alimento correcto de acuerdo con su etapa productiva y disponibilidad de agua de calidad?
  2. ¿Tienen un correcto alojamiento?
  3. ¿Son animales sanos?
  4. ¿Pueden demostrar su comportamiento de manera adecuada? (OMSA, 2011).

Principios básicos para alcanzar bienestar animal

1. Alimentación

Ningún principio es menos importante, pero es necesario hacerlo de una manera objetiva, para evaluar este punto se toma en cuenta el estado corporal de las cerdas, en la medida en que se encuentren en un estado corporal ideal se entenderá que hay bienestar; Young et al., 2004 mencionan que las cerdas en gestación se deben alimentar con base en su estado corporal.

Una manera de evaluar el estado corporal de las cerdas fue propuesta por Knauer, Mark y Baitinger en 2015 mediante el uso del caliper, cuyo principio tiene como base en que a medida que la cerda pierde peso, volumen muscular y grasa, se vuelve más angulosa, por lo que se cuantifica la angularidad desde la apófisis espinosa hasta la apófisis transversal.

En GRUPO NUTEC® recomendamos la medición del estado corporal de las cerdas con caliper preferentemente, sin embargo, es de utilidad hacerlo de manera visual (figura 2). Al conocer el estado corporal se puede establecer de manera efectiva un programa de alimentación, el cual debe de ser dinámico en el tiempo, por lo que proponemos realizar al menos cuatro mediciones en gestación: al servicio, 35, 60 y 90 días posteriores. De esta manera se puede ajustar el plan de alimentación con base en el tercio de gestación y estado corporal (figura 3).

Farmer (2023), resalta la importancia del estado corporal, debido a la relación con la producción de leche en maternidad, de manera que las cerdas en estado no ideal presentan menor desarrollo mamario y consecuentemente una menor producción de leche en la siguiente lactancia, donde pueden disminuir de 9 a 7 litros de leche.

Actualmente se habla de alimentación de precisión, también denominada «alimentación a la medida», la cual tiene como objetivo distribuir en el momento idóneo y al animal adecuado una ración óptima en cantidad y composición, apoyándonos en las nuevas tecnologías (sensores o comederos automatizados etc.), ofrecen oportunidades para medir e integrar la variabilidad individual en modelos capaces de estimar las necesidades (Gaillard, 2023).

Agua

El elemento agua se considera un nutriente más, en una hembra gestante representa del 50-55% de su peso vivo, por lo que se debe asegurar un consumo diario de 10 litros por cada 100 kg de peso vivo, para ello se busca asegurar un flujo de 1.5-2 lt/min en el bebedero (Palomo, 2019).

2. Alojamiento

Las jaulas individuales han sido la primera elección de alojamiento para hembras gestantes y lactantes debido a que permiten hacer una alimentación individual, facilitan la supervisión de los animales y evitan peleas, pero generan también una serie de problemas importantes por la falta bienestar animal (Velarde, 2018) favoreciendo la aparición de las estereotipias (Chapinal et al., 2010). Por otro lado, el alojamiento en grupo permite que los animales expresen actividad y comportamientos normales (Maes et al., 2016), siendo obligatorio en gestación en la Unión Europea desde 2013. Gómez (2016), recomienda un espacio vital para cerdas alojadas en grupo de 2,25 m2 para cerda adulta y 1.64 m2 para cerda joven con base en las normativas de bienestar animal.

A pesar de que se ha sugerido que el alojamiento de gestación grupal dificulta la adaptación a la jaula de parto, dando como resultado un parto más lento y aumento de la mortalidad neonatal, estudios recientes demuestran lo contrario, resultando en partos sin complicaciones, la explicación más plausible es que las cerdas en gestación grupal tienen un mejor tono muscular y una mejor aptitud cardiovascular (Velarde, 2018).

Caballer en 2018 propuso varias formas de agrupación en gestación:

  • Estático: Las mismas cerdas que inician en el grupo son las mismas que llegan a parto.
  • Dinámico: Combinación de cerdas gestantes en diferentes etapas de gestación, con flujo regular.
  • Grupo mixto: Formado por nulíparas y multíparas.
  • Grupo simple: Formado únicamente por cerdas nulíparas o por cerdas multíparas. Aquí se reducen los problemas jerárquicos y se permite establecer programas de alimentación personalizada.

Una vez definida la forma de agrupar a las cerdas se debe considerar también el momento de formación de grupos, Knox et al., (2014) concluye que la mezcla o formación de grupos de hembras entre y 7-14 días posteriores al servicio reflejan pobres desempeños reproductivos y de bienestar animal siendo aceptables agrupamientos posteriores al día 14 y mucho mejores a 35 días después del servicio.

3. Estado Sanitario

Respecto a este punto, la OMSA (2011) comenta que la ausencia de lesiones, dolor, enfermedades y mortalidad son sin duda un indicativo del bienestar animal.

Lesiones. Una de las más comunes es la laminitis, se deriva de la incapacidad de utilizar las extremidades de manera normal, la severidad depende en reducir la habilidad de soportar su peso en diferentes posiciones cuando no se tiene el espacio. Las lesiones en el cuerpo pueden asociarse a la jaula o cuando son alojadas en grupo a peleas y montas. Las lesiones se pueden calificar de acuerdo con la zona donde se encuentran y al tamaño de la lesión.

Ausencia de enfermedades. Sin duda uno de los mayores indicadores en este rubro es la mortalidad, que se puede definir como muertes no controladas derivadas de manejos, peleas, enfermedades, etc. Se mide de manera directa sobre porcentaje de mortalidad. Otros factores para evaluar son: presencia y cantidad de tos, estornudos, dificultad respiratoria, prolapso uterino o rectal, diarreas, constipaciones, presencia o ruptura de hernias, infecciones en piel o generales, desordenes neurológicos y canibalismo.

Ausencia de dolor por manejo. Enfocado a dolor asociado por malas prácticas, como inyecciones mal aplicadas, tratamiento de lesiones etc.

4. Comportamiento

Vincent (2018), menciona que el conocimiento del comportamiento de las cerdas ha avanzado, lo cual ayuda a entender ¿por qué luchan?, para establecer jerarquías; ¿cuánto tiempo luchan?, generalmente unos pocos días; ¿cuándo hay posibilidades de aborto debido a las peleas?, 25 días después de la inseminación.

La jerarquía consiste en relaciones de dominancia y subordinación establecidas y mantenidas a través del comportamiento negativo, que incluye eventos con contacto o sin él, como morder, empujar, huir y perseguir, así como amenazas expresadas a través de movimientos corporales y comunicación vocal (Lanthony et al., 2022).

Maes, et al., (2016) y Gerhard et al., (2010) indican que las peleas en grupos de cerdas gestantes ocurren principalmente por competencia para obtener recursos y jerarquizar el grupo y menciona que los factores principales para prevenir agresiones son la familiarización gradual de los animales desconocidos, brindar suficiente espacio en corrales, tener un adecuado sistema de alimentación y enriquecer el ambiente.

Las estereotipias, se relacionan directamente con el bienestar en cerdas en gestación, los factores que influyen en este comportamiento son las situaciones de estrés (Manteca, 2011),derivadas de una expresión inadecuada de comportamiento OMSA (2011). Se definen como secuencias de comportamientos repetitivos que no tienen ningún objetivo ni función evidente, son movimientos que se vuelven recurrentes y que el animal no puede evitar hacerlos (Manson, 1991), implican un gasto de energía y pueden llevar a las cerdas a un estado corporal no óptimo.(Velarde, 2018),es más común encontrarlas en gestación posiblemente derivadas del espacio reducido de las jaulas (Manteca, 2011).

Conclusiones

El bienestar animal es un asunto de actualidad y cada día se encuentran más formas de aplicarlo en las operaciones porcinas, como el agrupamiento de hembras y uso de tecnologías para alimentación y nutrición más precisa, también se han roto algunos paradigmas que sugerían un desempeño productivo negativo. Finalmente se entiende que más que un gasto es una buena inversión en pro de los animales y la rentabilidad de las granjas.

Bibliografía

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Especialistas Grupo Nutec
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